Culpa, autoridad y castigo.
A más de 100 años de la
publicación del texto original, nos encontramos ante una de las piezas más
enigmáticas de la producción kafkiana. Un breve relato donde lo grotesco, lo
macabro y lo alegórico se entrecruzan creando un laberinto infinito de
interpretaciones que mantienen su vigencia y su gloria. Duramente criticada en
su momento, hoy en día es una de las piezas más relevantes de la literatura
moderna y su influencia es innegable. El siguiente análisis invita a la reflexión acerca de los temas abarcados en el cuento de Franz Kafka.
El argumento
es simple: se nos presenta al protagonista, un explorador extranjero que llega
a una isla remota donde se erige una colonia penitenciaria, allí es introducido
por un entusiasta y demente oficial que le enseña la máquina de ejecución que
está por ser utilizada. Mediante agujas la máquina va marcando la sentencia en
la piel del condenado. El proceso dura aproximadamente doce horas hasta que el
condenado muere por desangramiento. Los condenados nunca conocen el significado
de sus sentencias ni tampoco el hecho de que van a ser ajusticiados. El oficial
se desvive en explicaciones burocráticas y le cuenta al explorador que el
artefacto es la obra maestra del comandante anterior, que lamentablemente ha
fallecido y que el comandante actual no aprueba los métodos de ejecución y de
hecho, el oficial es el único que mantiene viva la tradición.
Mientras toda esta
conversación se desarrolla, hay otros dos personajes presentes en la escena: un
soldado y un condenado, quienes no entienden el francés y por lo tanto se
muestran indiferentes a la conversación excepto en determinados momentos, y van
exhibiendo un comportamiento que varía desde lo grotesco a lo absurdo durante
la narración. Estos detalles, así como también la poca información que se nos
presenta acerca de los personajes le otorgan un tono sombrío y misterioso al
relato, algo característico en todas las obras kafkianas, donde suelen
presentarse dilemas y conflictos que parecen no tener solución y convertirse en
un bucle infinito de frustración y pesadilla.
En determinado
momento de la narración el oficial le pide al explorador que exprese una opinión
positiva acerca de la máquina de ejecución, esperando así ganarse la aprobación
del nuevo capitán. El explorador, luego de plantearse su posición como
extranjero que no posee la autoridad para juzgar las costumbres de otros países,
le responde que no, que él no aprueba los métodos empleados en la colonia para
imponer el castigo y que se lo comunicará al capitán en privado antes de irse.
Al escuchar esto, el oficial no expresa enojo, una expresión extraña marca su
cara y anuncia que ha llegado el momento final. Mira al condenado y le anuncia
que se encuentra en libertad. El soldado lo suelta y le devuelven la ropa.
Luego el oficial opera la máquina, escribe una nueva sentencia y se despoja de
sus ropas para introducirse en el aparato de ejecución. La máquina empieza a
trabajar sobre su piel y la sentencia que se lee es “SÉ JUSTO”, pero repentinamente
la máquina comienza a fallar y el proceso de ejecución es mucho más rápido que
de costumbre. La máquina se destruye y el oficial muere con una expresión de no
haber aprendido la sentencia. La redención no existe. Una expresión de calma y
tranquilidad marca su cara después de morir.
El explorador se
retira de la sala de ejecución acompañado por el soldado y el condenado. Luego
de observar la tumba del antiguo comandante, el explorador abandona la isla en
una balsa. El soldado y el condenado intentan escapar con él, pero el
explorador los ahuyenta agitando una pesada soga que hay en el bote. De esa
manera concluye la narración.
Entran en juego varios factores a tener en cuenta para
analizar el relato. La isla donde todo transcurre no posee nombre, ni tampoco
sabemos a qué país pertenece. Lo que podría significar que la colonia
penitenciaria es un simbolismo para todos los sistemas autoritarios que existen
en el mundo. O incluso a otros tipos de prisiones que van más allá de la
legalidad y las situaciones bélicas. El oficial hace un gran énfasis en que el
método empleado es infalible porque no hay juicio ni defensa para el condenado,
y la culpa es siempre absoluta. El oficial posee la facultad de juez y verdugo,
y su poder es absoluto. Los mismos conceptos de culpa pueden encontrarse en
diversas doctrinas religiosas como el cristianismo, donde la idea del Pecado
Original es una de las bases de la religión. ¿Y porqué el oficial se condena a
sí mismo cuando no obtiene la aprobación del explorador? Este sacrificio podría
representar un simbolismo con la figura de Cristo. La máquina falla y el oficial
muere sin obtener la supuesta redención. Con pocas tonalidades, lo terrible
siempre acaba ocurriendo. De ahí el absurdo del castigo, que representa la
violencia del ser humano cuando es enceguecido por el poder y las ideas de
justicia. En toda la obra kafkiana se encuentra este tono burlesco, satírico, y
que, no obstante, reflexiona de una forma brillante acerca de temas como la
culpa, la autoridad y el castigo.
Publicada en 1919, durante el comienzo de la Primera Guerra
Mundial, algunos estudiosos interpretan la obra como una visión profética de
los sistemas totalitarios que se avecinaban y la brutalidad del siglo XX. Múltiples
interpretaciones han salido a la luz con el correr de los años, pero lo cierto
es que la gloria del escritor reside en el misterio que empaña sus magistrales
letras. Una de las principales ideas que parece querer transmitir el relato es
que todos los sistemas totalitarios y religiosos imparten la culpa existencial
que solamente puede ser redimida mediante el proceso del dolor y el castigo. El
ser humano es siempre un potencial culpable de un delito y por lo tanto debe
ser sometido a una sentencia. La parte castigadora, en su afán de perfección y
compulsión por la violencia, es víctima y a la vez culpable de continuar con el
proceso de autoridad, sentencia y castigo. El ciclo continúa de manera infinita, hasta
que una fuerza externa (el extranjero) entra en juego para liberar a la isla de
la tortura medieval.